Una biblioteca ya no puede, en estos tiempos, ser solo una biblioteca. Y esto fundamentalmente porque los libros no son solo libros. Bajo esta concepción realista nos definimos fundamentalmente como un espacio abierto, lo cual implica un territorio en disonancia con la quietud, dado que la apertura es el lugar de lo diverso como receptividad íntegra a la constitución de una sociabilidad en movimiento.
Como Biblioteca Popular responsable del lugar que ocupa (ofrece) en la sociedad nos comprometemos con la difusión de los textos en su inabarcable totalidad de géneros y éticas, a fin de, con la lectura como acto de deformación vital, inaugurar deportivas transformadoras bajo las cuales inmiscuir la inalterable idea de que es el lenguaje y la palabra aquello que transforma el secreto libro escondido en el organismo de cada uno (falso culpable de la quietud). Y esto no, desde el enigma como misterio de empantanamiento solitario, sino desde el abrazo generador, desde el encuentro empático con la energía firme hacia lo creativo como amor a lo inédito que inaugura.
La actividad recreativa, el taller artístico, el deporte oxigenante, la ética comunitaria, la salud mental en primer plano, la lectura como nido a volar, el arte en escena desfigurando, la política singularizante, verbo verbos y más verbos como tiempos que caminan.
Les esperamos, el deseo necesita lugar, gente, serenidad.
Aquí estamos.